Las aguas en la reserva están contaminadas debido a que colonos usan químicos para la pesca y eso amenaza la vida silvestre y la salud de los pueblos Rama-Kriol.

La construcción de escuelas (6 católicas y 11 evangélicas), caminos, paneles solares e iglesias, promueve la invasión.

Este grupo ha estructurado una red de operadores, muchos de ellos son los comerciantes de tierras que ya operaban en la Reserva Indio-Maíz.

Mineros llegan para exploración y explotación del oro que genera contaminación del suelo y la biodiversidad.

Los intereses sobre la reserva han evolucionado hacia un sector más potente, los grandes ganaderos, quienes invaden ilegalmente para establecer pasto y engordar el ganado.

La construcción de escuelas (6 católicas y 11 evangélicas), caminos, paneles solares e iglesias, promueve la invasión.