La minería avanza en el Sureste de Nicaragua
Durante septiembre de 2019 la organización ambientalista Fundación del Río documentó y denunció públicamente el avance de la minería artesanal en la Reserva de Biosfera del Sureste de Nicaragua.
Según esta organización desde finales del 2016, cuando inició la nueva “fiebre del oro” en Las Crucitas, Costa Rica, se ha observado un crecimiento desmedido de esta práctica que ya comienza a afectar el corazón de la Reserva Biológica Indio-Maíz y el territorio Rama-Kriol.
En total fueron más de 100 molinos contabilizados por Fundación del Río, principalmente en el municipio de San Carlos, parte de la zona de amortiguamiento de la Reserva Indio-Maíz.
Aparte de estos molinos, durante el presente año, se están viendo nuevas infraestructuras dedicadas a esta actividad en el municipio de El Castillo, cada vez más cercanos a la zona núcleo de la reserva.
Es importante señalar que la minería es una de las actividades más destructoras de la naturaleza y por tanto ajena a las acciones permitidas en esta zona del país que ha sido reconocida internacionalmente por su importancia ambiental.
Por otro lado, se cuentan con elementos que hacen pensar que esta arremetida minera no es casual y más bien es promovida como parte de una estrategia para crear las futuras condiciones que avalen una concesión industrial en el territorio.
Bajo el contexto político actual de represión, pérdida total de institucionalidad y violación a los derechos humanos las posibilidades de ejercer contrapeso ante la arremetida minera se vuelven limitadas.
Esto es aprovechado por quienes pretenden convertir a la Reserva de Biosfera en un polo minero, incluidas las instituciones públicas que conocen y avalan esta situación, sin importarles la contaminación y pérdida de alternativas sostenibles para el territorio.